sábado, 16 de julio de 2011

Competencia Comunicativa

La competencia comunicativa es la habilidad del que utiliza la lengua para negociar, intercambiar e interpretar significados con un modo de actuación adecuado.

Participar apropiadamente en una interacción comunicativa consiste en cumplir con los propósitos de la comunicación personal; esto es, lograr lo que se quiere o necesita y hacerlo dentro de lo socialmente aceptable (sentido y coherencia). 
El desarrollo de estos conocimientos se inicia desde el nacimiento y continua durante toda la vida. En la infancia temprana, sin embargo, se logran los mayores avances. Este hecho, ha sido motivo de muy diversas explicaciones. 

Autores como Chomsky (1965) y McNeill (1966) manifiestan que los seres humanos están genéticamente predispuestos para aprender la lengua oral y que poseen un mecanismo de adquisición del lenguaje que es activado por el contacto con hablantes competentes de una lengua. Este mecanismo permite que el niño logre dominar su lengua en un periodo de tiempo corto, pues es algo así como un programa de acción que reduce el margen de error y determina líneas particulares para acceder a este conocimiento (nivel intraindividual). 

Desde esta visión se plantea que, de no existir este mecanismo especializado, los niños podrían tomar rutas muy diversas y en ocasiones desatinadas en este proceso. Con base en esta teoría conocida como innatismo, se propone que el niño es un agente activo en el aprendizaje de su lengua y no solo un receptor objeto de estimulación y reforzamiento externo. 

En lo social (nivel inter individual) Bruner (1986) manifiesta que el niño aprende a interactuar comunicativamente al participar en interacciones comunicativas. Esto significa que el conocimiento sobre el que se pueden lograr propósitos de comunicación se construye en presencia de eventos comunicativos y se participa en ellos. El nivel de participación del niño en eventos de comunicación es muy incipiente en la infancia temprana, sin embargo, este se va incrementando notoriamente a medida que el sujeto se desarrolla. 

En todo contexto de comunicación hay participantes, estos juegan un papel fundamental en la construcción de la competencia comunicativa, en tanto que pueden modificar los contextos de comunicación. Blount (1977) y Schieffelin (1990) exponen que cada cultura presenta expectativas de lo que un niño debe lograr en relación con su rol comunicativo a diferentes edades y, por lo tanto, la cultura provee de oportunidades y contextos que facilitan el desarrollo de habilidades esperadas. Bruner (1986) ha planteado que los modos de interacción en edades tempranas constituyen marcos estables de interacción o rutinas que proporcionan un sistema de apoyo para la adquisición del lenguaje.

Diseñar intervenciones educativas enmarcadas en los enfoques comunicativos para el desarrollo de las habilidades escritas, permitiría facilitar el acceso y uso de la comunicación, con sentido y coherencia, lo cual posibilita el rescate de contenido, comprensión y transferencia de conocimientos que se expresan a través del lenguaje oral y escrito.

No hay comentarios:

Publicar un comentario